Nuevas técnicas sostenibles para la extracción de proteínas de insectos

Científicos coreanos proponen métodos innovadores para extraer proteínas de gusanos de harina, ofreciendo una alternativa sostenible y eficiente frente a la creciente demanda de alimentos.

El aumento de la población mundial y la consecuente necesidad de recursos alimenticios han puesto el foco en fuentes alternativas de proteínas. Los insectos, como los gusanos de harina, se perfilan como una opción viable gracias a su alto valor nutricional y bajo impacto ambiental.

Sin embargo, las barreras culturales y de aceptación siguen limitando su consumo en muchos países. Para abordar estos obstáculos, un grupo de científicos de la Universidad de Corea en Seúl ha desarrollado nuevas técnicas de extracción de proteínas que prometen optimizar el uso de insectos como fuente alimentaria, sin requerir su consumo directo.

El estudio comparó métodos tradicionales y no convencionales de extracción de proteínas, evaluando su eficiencia y beneficios nutricionales. Entre los métodos tradicionales, se encuentran la extracción alcalina y la asistida por sal. Estos procedimientos presentan desventajas, como el alto consumo de agua y energía, así como el uso de solventes.

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Por otro lado, los métodos no convencionales, como la extracción enzimática y el prensado mecánico, han mostrado ser alternativas más sostenibles. Estas técnicas permiten conservar compuestos bioactivos valiosos, como antioxidantes y antiinflamatorios, a la vez que reducen el impacto ambiental y el uso de productos químicos.

Los investigadores destacan que la extracción asistida por enzimas, en particular, mejora la solubilidad de las proteínas, disminuyendo el uso de energía. Además, el prensado mecánico con tornillo, aunque con menor contenido proteico, mejora la textura y es más respetuoso con el medio ambiente.

Estas innovaciones ofrecen una oportunidad para integrar proteínas de insectos en productos alimenticios y superar las barreras culturales. Al no requerir que los insectos sean consumidos enteros, se facilita su aceptación en diversas formas de productos alimenticios, como barras energéticas o suplementos.

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Con el respaldo de la Unión Europea, que reconoce a los gusanos de harina como una fuente alimentaria desde 2015, la implementación de estos métodos no solo tiene implicaciones nutricionales, sino que también podría revolucionar la producción alimentaria sostenible a nivel global.